Que ciertas rutinas o hábitos se manifiestan muchas veces sin piedad despertando exigencias (otro hábito) y así dejo de cuidar(me) y de ser autocompasiva.
Y es que sí, soy humana, persona, mujer, hija, amiga, enemiga, extraña…
Un sinfín de etiquetas que me acompañan día y noche que descansan en una identidad (falsa) que lucha por sobrevivir ante el cuestionamiento incesante al que la someto.
La identidad sin esfuerzo no puede existir, pero el hábito y el miedo a reconocerme sin ella es más fuerte, pero intuyo que es una batalla perdida. Vivir constantemente desde el esfuerzo y la tensión… ROMPE
Definir(me), definir(te)… es así como vamos explicando(nos) el mundo, en lugar de vivirlo.
En mi mente eclosionan constantemente ideas sobre cómo «debería ser» o cómo se supone que «tengo que ser» entrando en la amnesia de quien soy realmente.
Me presento: «Soy Laura Debería Tengoque»
Soy humana, persona, mujer, hija, amiga, enemiga, extraña… esas definiciones me ofrecen un suelo para apoyar los pies. Un suelo falso, pero suelo, ¿qué pasaría si «de repente» todo cambia? así es tantas veces) ante el vacío… Vértigo
La búsqueda de referentes se vuelve más ávida
¿Por qué?
Porque… ¿dónde me sostengo si todo se desmorona a mi alrededor?
Así me planteo, soltar, abrir… y dejar de hacer ese esfuerzo por sostenerme.
Te confieso que me asusta, que no es un lugar cómodo y es siempre incierto.
La vulnerabilidad quiere abrirse paso a través de las heridas, del dolor, de lo incómodo, de lo que no me gusta. A veces lo consigue, a veces no.
Rozando la piel, la Primavera acaricia la incertidumbre con sus cambios «repentinos» que permite el reconocer cualquier expectativa de control.
Es incómodo sí, pero es un regalo
Conectar con el miedo, con lo incierto y abrirse a la amabilidad de la comprensión, requiere un corazón «blandito» que no rezuma control (aunque en su desesperación , lo intenta)
Cuando dejas de huir, de luchar de rechazar, surge el espacio abierto, siempre presente dispuesto a abrazar el momento.
Feliz o triste, amable o cruel…
Los grandes maestros dicen , que la felicidad ya está presente, que esta en el abrir y relajar, que nada hay que hacer o deshacer. Confianza
Es abrir los ojos del corazón, soltar el control… y la vida se muestra … tal y como es.
Tengo que confesar(te) que a veces duele, pero una vez comienzas, el andar se vuelve un poco más dulce.
Esta es la vida y así (te/me) acompaña
Agradezco que me leas
Me muestro, te confieso… soy humana, persona, mujer, hija, amiga, enemiga, extraña…
Si me defino No soy libre
«El carácter sagrado del ser se encuentra en sentir todo lo que se presenta, sin poner juicio a las alegrías o a los miedos. Confiar en todas las emociones como algo que creamos para sentir, entonces la expresión de cada sentimiento, permite sanar la voluntad.»